viernes, 27 de marzo de 2009

Cápsulas bajo tierra - El espíritu de supervivencia

Una vez te encuentras dentro de un vagón, tu espíritu de supervivencia se activa. Sabes dónde te has metido y sabes que tienes que llegar vivo a tu destino... Cueste lo que cueste. Y si eso implica soltar un codazo a ese tío que a buenas con la naturaleza ha tenido no ducharse esa mañana, tú se lo sueltas. Nadie va a impedir que cojamos nuestra pequeña parcela con aire para respirar.

Los sitios libres son artículos codiciados. El sitio te mira, tú le miras a él, y aunque hayas estado trabajando ocho horas sentado, sabes que le vas a ser fiel. Pero... El asiento te será fiel a ti? Qué ocurre cuándo dos o más personas también compiten por su amor? No nos peleamos abiertamente, sólo fijamos el objetivo e intentamos llegar antes que el contrario. Pero no queremos cualquier sitio, si puede ser el de una esquina mejor. Casos se han dado de personas que para sentarse en una esquina han ido de punta a punta teniendo asientos libres por todos los demás bancos. Si ya el sitio, además de en una esquina, tiene el sitio de al lado también libre, nos decantaremos por él.

El Metro aflora nuestros sentimientos más extrovertidos.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Cápsulas bajo tierra - Introducción

Lo he dicho en muchas ocasiones, y es que a mi me gusta mucho mi Madrid. Soy como un protagonista de un anuncio de compresas "sun sun sun... a qué huele el tráfico? ... Me gusta ser madrileño" Y es que es cierto, Madrid, para mi, es genial. Tiene de todo, lo que quieras, cuándo quieras y cómo quieras. Sin embargo, no todo puede ser perfecto en la Ilustre Villa de Madrid. Cuando hay algo tan tan bueno, para equilibrar las energías cósmicas, se tiene que crear algo para compensarlo. Señoras y señores, así nació el Metro de Madrid.

Habría que comenzar hablando de sus usuarios. Cuando uno no es madrileño, incluso siéndolo, cuesta acostumbrarse a su ambiente. Hay que entender el contenido de un vagón como una reunión de la O.N.U.. Madrid es una ciudad muy cosmopolita y eso lo demuestran sus gentes, haciendo que cuando uno entre en el tren piense en un anuncio de Benetton.

No es que a mi nada de esto me importe, ya que además, cuando entramos en un vagón, todos somos iguales.

martes, 24 de marzo de 2009

Soportando de nuevo el calificativo de negativo hacia mi persona voy vislumbrando la forma de ver las cosas del resto. Encerrados dentro de un micromundo nunca hace ni frío ni calor, donde todo sucede más o menos como está pensado, y si no, meses después se harán creer que sí.

No es mi culpa no querer sonreír por cada estupidez que ocurre. No quiero poner buena cara ante algo que no me gusta. Ni saludar a aquellos que prefieren que no esté allí. Y no por ello soy malo. Voy pasando por el mundo intentando esquivar la hipocresía que nos inunda.

Creed, si eso os hace felices, que estáis inmunizados, y que vuestro plan de vida es perfecto, que la caída vendrá para todos. La mayoría no os desea ningún bien. Confiad en los demás como vosotros creéis que confían en vosotros y el resto vendrá solo. Porque en este mundo sobran tantos hijos de puta como faltan buenas intenciones.

Y no, no soy negativo, sólo realista.

lunes, 26 de enero de 2009

Conversaciones con un taxista

Y en unos minutos todo se da la vuelta. Una vuelta completa, pero esta vez en diferente sitio.

Que las palabras con más sentido común que haya escuchado en mucho tiempo me las haya dicho un taxista me resulta curioso. En quince minutos sacó de dentro todos aquellos pensamientos que yo no quiero ver.

Los mismos botones...

viernes, 9 de enero de 2009

Cosas estúpidas

Durante el tiempo que lleva vivo este blog, me he dedicado a escribir escritos cortos (por llamarlos de alguna forma) sin valor literario alguno, o reflexiones demasiado intimistas, rebuscadas a la par que simples, de las cuales cada uno, podía interpretarlo (si es que tuvo valor de leerlo hasta el final) como quisiera. Hoy haré, algo diferente, escribir dirigiéndome a los demás e intentando ser algo menos pretencioso que en anteriores textos, sin buscar palabras para adornar.

Pero no quiero que lo de hoy se quede en una sola anécdota. Creo que el tema da tanto de si como para hacer un blog aparte, pero como conozco mi constancia a la hora de escribir, todo irá para este sitio. Así que, pasemos a hablar de cosas estúpidas:

Imaginaos que os encontráis camino a un ascensor público para bajar/subir a sabe dios donde. Entras, feliz y contento, "oh voy en el ascensor". Pulsas tu número y te apoyas en la pared esperando que se cierren las puertas sin esperar nada más del trasto mecánico este. Tras unos segundos, aquello parece que va a cerrarse pero llega una persona que pegándose una carrera, mete la mano entre las puertas jugándosela porque el laser está más abajo, y consigue que las puertas se abran y meterse dentro... Y así dos o tres veces más.

Algunos ascensores tienen un botón muy especial, aquel que si lo pulsas hace que las puertas se cierren. El resfriado común no tiene cura pero podemos abrir las puertas de un ascensor que aún no se ha puesto en marcha tocando un botón. Impresiona eh? Pues debe ser la rehostia cuando aquella persona, que se ha pegao la carrera de su vida y ha arriesgado su mano, pulsa el botón... Y las puertas no se cierran. Pero qué haces si pasa esto? Pulsas otra vez. Y otra! Y otra! Y otra! Y coño! Claro que se cierran! Pero no por el botón so idiota!!!! Parar a la segunda fue muy difícil...

Eso es algo que veo todos los días. De hecho uno de estos me voy a poner la de veces que pueden llegar a pulsar dicho botón antes de que se cierren, por curiosidad.

martes, 23 de diciembre de 2008

Ese no saber porque no encajo ahí. Sentirme dado de lado, apartado, ninguneado, incluso humillado. Un cero a la izquierda para el resto cuando más apoyo necesitas.

Ver como la adaptación era imposible, como un ilusionado principio se convierte en un devenir de los días sin nada que hacer. Mintiendo para ser normal y no ser aún más rechazado.

Nadie interesado. ¿Es fallo mío? Pero y por qué si yo sigo siendo el mismo. ¿A quién he hecho algo malo?

...

Eso ya pasó y cada día me siento más orgulloso de como soy.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La de que cualquier tiempo pasado...

Fue un tiempo pasado. Vamos hacia delante sin ser conscientes de como se van debilitando los lazos que nos unían a mucha gente. Echa a correr un par de años hacia delante, y hasta que no llegues al fin, no se te ocurra echar la vista atrás, porque si lo haces bien, te sorprenderás de como ha cambiado todo y todos.

¿Quién eres tú? Pensé que te conocía pero me equivoqué. ¡Vaya! Aquello que criticaba de ti ahora lo soy yo. Espera, pero si tú y aquella persona... ¿Desde cuándo? Nadie dijo que estas cosas me tenían que interesar, pero me chocan.¿

¿¡Por qué sigues en la vida de alguien!? Cómo te pueden seguir aguantando? Sólo dabas lástima y asco y ahí sigues. ¿¡Qué hacés!? Deberías haber salido antes de yo marcharme y no fue así. No debí dar mi trabajo por hecho, siempre quedan cabos por atar.

Pero no nos engañemos, yo no quiero saber de ti, ni de esa maldita gente, pero ha sido bonito recordar que tiempo atrás las cosas fueron diferentes y que todos parecíamos felices por cosas diferentes por las cuales lo somos ahora. Porque de veras, esto no ha afectado en lo más mínimo, sólo me enseña el camino que escogí y que nunca me impediste tomar, porque realmente, ya dejó de importar.

¿Quién cambió más?