domingo, 27 de febrero de 2011

Megan VII

Por el momento, punto y aparte en esta serie. La segunda parte vendrá en unos meses, escrita con coherencia entre los diferentes capítulos. Aunque la historia puede dar mucho de sí, no la he sacado el partido que podría, y eso intentaré cuando la retome.

“No estoy completamente loca, pero puede que lo esté algún día”

Día tras día, las ropas de Megan aparecían manchadas de sangre. Día tras día una monja desaparecía. Aunque estaba claro que pasaba, nadie hablaba de ello. Reunidas las hermanas contra las que Megan aún no tomó represalias tomaron la decisión de apartarla del teatro y posteriormente de cualquier otra actividad que quisiera hacer. De atosigarla pasaron a hacer como si no existiera. Ninguna monja se acercaba a ella más de lo necesario. Que alguien de cuatro años hiciera eso no se lo podían explicar, pero se habían dado cuenta de que habían subestimado su inteligencia. Los cuerpos nunca aparecieron.

Durante más de diez años fue apartada del resto. Al principio tenía una vigilancia constante, pero con el paso del tiempo esta se redujo y Megan no dejó escapar esa oportunidad, a los quince años se fugó.

martes, 15 de febrero de 2011

El mundo a todas horas - El último día

Exámenes... Args... Aquí tenéis el final de esta serie. No es que yo este del todo satisfecha con ella, pero tenía que poner el final algún día, pero pronto os daréis cuenta que la culpa de que no sea muy allá, no es culpa mía ;)

Los Domingos deberían ser destruidos antes que los Lunes. Son días estúpidos en los que uno no sabe que hacer. Intentas ver algo en la tele y te topas con una misa. Quedas para ir a comprar churros o para ir al rastro y todos pasan porque están durmiendo. Eso debería estar haciendo yo. Siete días inútiles despierto sin saber en realidad si esto ha servido para algo.

Cuando comenzó tenía su gracia, por lo menos las dos primeras horas. Se lo iba diciendo a todo el mundo. La gente se reía, te decía que se pasaría a verte y cosas así. Ya no recuerdo de que se reían y aún estoy esperándolos.

¿Y ahora qué? Supongo que esta tontería ya da igual. Quizá pensaba que cuando contara que he estado siete días seguidos sin dormir, el mundo me adoraría como a un dios. Creo que imaginaba homenajes por las calles, un día en mi honor... Ahora no veo utilidad ninguna a esto, así que yo, a cinco o seis horas de cumplir el objetivo, renuncio. ¡Buenas noches!