Un buen día, vuestro fiel contador de historias, reales y nunca exageradas, DeStroker, decidió comprar un bien, el cual venía empaquetado en una caja de proporciones medias. Tras experiencias anteriores y largas deliveraciones, el autor y comprador de la protagonista de esta historia, decidió conservarla en previsión de posibles hechos futuros. Sin embargo, la guardiana del lugar, discrepaba. La guerra comenzó. En un bando el que quería guardarla a toda costa, en otro, quien no comprendía esa postura y quería deshacerse de ella.
La primera batalla se desarrolló en un salón. La guardiana invadió los terrenos del poseedor, apropiándose de la caja y llevándolo a los suyos. La contraofensiva no se hizo esperar, y en un hábil movimiento, la caja volvió a su lugar. Este movimiento cajeril, se repitió en sucesivas ocasiones, siendo el salón el terreno entremedias.
Visto que el conflicto no avanzaba, ambas partes decidieron hacer un alto el fuego, y discutir sobre el tema. En el primer encuentro ocurrió lo obvio, ninguno cedía, pero como no podía quedar el tema sin resolver, hubo más.
En el momento en el que estas palabras son escritas, se está buscando un emplazamiento nuevo para la caja, ni el de la guardiana, ni el del poseedor, implicando a una tercera persona. Aún no se sabe el paradero final, pero estad atentos, nunca una caja dio tanto que hablar.
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