Días como hoy afilan mis dedos y mi lengua. Descubres más a las personas y haces cosas que de otra forma no harías.
La ironía de uno de los lemas de Metro ha hecho de Madrid una ciudad diferente. Aunque no ha sido la primera vez, el 29 de Junio va a quedar en nuestras mentes como el día en el que el Metro de Madrid cerró, aunque a estas alturas parece que no sólo nos acordaremos de hoy.
Como todos los que tienen que cogerlo de manera regular, yo también he tenido que cambiar el destino. He andado desde las 14:00 a las 14:30 para llegar a la boca de cercanías más cercana y así llegar a currar. Y desde entonces, trabajo mezclado con charlas sobre si tienen o no razón por hacer la huelga, discutiendo la legalidad de la ausencia de los servicios mínimos... Todo en un ambiente extraño, Madrid no funciona sin Metro.
Pasando por sitios por los que no suelo estar a ciertas horas, ves otras cosas. Cincuenta personas en traje con identificadores del lugar donde trabajan despierta la ira de uno, pensando en que a ellos esto no les ha afectado. Observando las colas en las marquesinas de autobús y como dentro de ellos afloraba la claustrofobia. En definitiva y como he escrito varias veces, parecía otro lugar completamente diferente.
Pero la huelga no ha sido ininterrumpida durante todo el día, sólo que la gente no se ha dado cuenta. De ocho y media a diez y cuarto aproximadamente todo daba igual porque unos chavales de rojo jugaban contra otros de otro color. Ellos no son unos privilegiados, ellos no viven como dios, y si ellos se pusieran en huelga, transformarían mucho más la ciudad entera. Si tienen más razón o menos para hacer la huelga no puedo ser yo el que lo juzgue aunque tenga mi opinión al respecto, pero lo que no puedo entender es que durante cerca de dos horas, el mundo se pare alrededor de una pelota, aunque lo que estés viviendo fuera sea algo importante.
martes, 29 de junio de 2010
El día en el que el Metro cerró
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Metro,
Reflexiones
jueves, 24 de junio de 2010
¿Qué pasaría si Megan Fox fuese inteligente? I
Otra de las series nuevas que tenía planeadas empieza hoy. También será publicada mes a mes. Hoy la introducción, ¡pero la historia continuará!
“Pienso que soy tan psicótica y que estoy tan mentalmente enferma que si pudiese explotar eso, podría hacer algo verdaderamente interesante.”
Megan Fox es lo que cualquier hombre calificaría como "tía buena". Es simplemente espectacular o por lo menos eso se opina. Aunque no es exactamente mi tipo, hay que reconocer que no está nada mal. El problema de esta en particular es que dios la dio a elegir entre cerebro y belleza y se quedó con lo segundo. Alguien así, todo "cuerpo" es famoso en el mundo entero, multimillonaria desde los veintipocos... Pero... Y si Megan Fox, conservando su cuerpo, ¿fuese la persona más inteligente del planeta?
“Pienso que soy tan psicótica y que estoy tan mentalmente enferma que si pudiese explotar eso, podría hacer algo verdaderamente interesante.”
Megan Fox es lo que cualquier hombre calificaría como "tía buena". Es simplemente espectacular o por lo menos eso se opina. Aunque no es exactamente mi tipo, hay que reconocer que no está nada mal. El problema de esta en particular es que dios la dio a elegir entre cerebro y belleza y se quedó con lo segundo. Alguien así, todo "cuerpo" es famoso en el mundo entero, multimillonaria desde los veintipocos... Pero... Y si Megan Fox, conservando su cuerpo, ¿fuese la persona más inteligente del planeta?
martes, 15 de junio de 2010
Aleteando haciendo cuernos
Esta va a ser la última entrega de Aleteando. A base de poner ejemplos, termino siempre con la misma conclusión. Podría seguir escribiendo sobre lo mismo, pero no quiero repetirme más. Al igual que en los otros cuatro que componen esta serie, no me molesto en profundizar demasiado (aunque el anterior a este continúa en los comentarios), tampoco creo que haga falta, sólo poniendo el ejemplo se ve lo que quiero manifestar. No pretendo cambiar nada, soy realista, pero espero al menos hacer pensar a alguien.
Francamente, quien decide las cosas que nos deben gustar se debe partir el ojete con el mundo en general, ya que es asombrosamente fácil manipular los gustos. Lo que salga en la tele es lo que tiene que gustar y punto. Sabía que funcionaba con la música, pero no esperaba que tanto. Si salen Motörhead y Metallica, pues eso es lo que escucharé.
He vivido hoy una experiencia que no creía posible, y ha sido escuchar a muchísima gente hablarme de Metallica como auténticos expertos tras escucharlos por primera vez ayer. El poder de la televisión es infinitamente superior a lo que pensaba. Ya ocurrió con Lordi y Eurovisión, no sé de que me extraño.
¿Qué Motörhead y Metallica tienen calidad? Eso que lo decida cada uno, aunque a priori son un producto menos accesible que lo que se suele vender. Lo que me sigue impresionando es la maleabilidad sobre las preferencias musicales. ¿Si mañana ponen a un tío tocando una armónica a base de pedos será el nuevo ídolo de masas? ¿Y si pasado cambiamos el palo a Crematory?
Pasado el asombro inicial, lo pensé más fríamente. Esto es algo temporal, ha durado lo que ha durado y mañana los mismos que llevan, que se yo... lo último de Kesha como tono de móvil, no se van a poner el Battery. Las ventas de estos dos grupos no se van a multiplicar y pocas más de sus canciones se van a bajar. Al fin y al cabo, lo de ayer es puntual, no se va a repetir en un tiempo. Pero claro, ¿y si sí se repitiera?
Todo, absolutamente todo puede ser una moda. Deglutimos aquello que se quiera, sólo hace falta promoción, ni siquiera hace falta que sea buena. ¿Qué película vamos a ver al cine? Aquella que tiene carteles en las paradas del bus. ¿Qué ropa compramos? La que venda la tienda que más vemos por las calles. Aporte cultural, los Stradivarius son instrumentos de cuerda construidos por la familia Stradivari, particularmente Antonio Stradivari, no solamente una tienda de ropa o violines caros.
En todo caso, esto ocurre debido a la falta de motivación general por buscar nada. Cogemos lo que tenemos enfrente por pura comodidad. Al fin y al cabo, es más sencillo así. Ser clónicos no es algo que se elige, es la base de la cultura, el que te lo den todo hecho. Me cabrea ver todo esto en todos los aspectos de la vida. Esta serie de textos surgieron por ello, pero no son más que ejemplos de un fenómeno masivo. Somos lo que quieren que seamos. No aleteamos, no cambiamos nada, dejamos que otros tomen decisiones por nosotros, y nadie parece tener ningún problema con esto.
Francamente, quien decide las cosas que nos deben gustar se debe partir el ojete con el mundo en general, ya que es asombrosamente fácil manipular los gustos. Lo que salga en la tele es lo que tiene que gustar y punto. Sabía que funcionaba con la música, pero no esperaba que tanto. Si salen Motörhead y Metallica, pues eso es lo que escucharé.
He vivido hoy una experiencia que no creía posible, y ha sido escuchar a muchísima gente hablarme de Metallica como auténticos expertos tras escucharlos por primera vez ayer. El poder de la televisión es infinitamente superior a lo que pensaba. Ya ocurrió con Lordi y Eurovisión, no sé de que me extraño.
¿Qué Motörhead y Metallica tienen calidad? Eso que lo decida cada uno, aunque a priori son un producto menos accesible que lo que se suele vender. Lo que me sigue impresionando es la maleabilidad sobre las preferencias musicales. ¿Si mañana ponen a un tío tocando una armónica a base de pedos será el nuevo ídolo de masas? ¿Y si pasado cambiamos el palo a Crematory?
Pasado el asombro inicial, lo pensé más fríamente. Esto es algo temporal, ha durado lo que ha durado y mañana los mismos que llevan, que se yo... lo último de Kesha como tono de móvil, no se van a poner el Battery. Las ventas de estos dos grupos no se van a multiplicar y pocas más de sus canciones se van a bajar. Al fin y al cabo, lo de ayer es puntual, no se va a repetir en un tiempo. Pero claro, ¿y si sí se repitiera?
Todo, absolutamente todo puede ser una moda. Deglutimos aquello que se quiera, sólo hace falta promoción, ni siquiera hace falta que sea buena. ¿Qué película vamos a ver al cine? Aquella que tiene carteles en las paradas del bus. ¿Qué ropa compramos? La que venda la tienda que más vemos por las calles. Aporte cultural, los Stradivarius son instrumentos de cuerda construidos por la familia Stradivari, particularmente Antonio Stradivari, no solamente una tienda de ropa o violines caros.
En todo caso, esto ocurre debido a la falta de motivación general por buscar nada. Cogemos lo que tenemos enfrente por pura comodidad. Al fin y al cabo, es más sencillo así. Ser clónicos no es algo que se elige, es la base de la cultura, el que te lo den todo hecho. Me cabrea ver todo esto en todos los aspectos de la vida. Esta serie de textos surgieron por ello, pero no son más que ejemplos de un fenómeno masivo. Somos lo que quieren que seamos. No aleteamos, no cambiamos nada, dejamos que otros tomen decisiones por nosotros, y nadie parece tener ningún problema con esto.
martes, 8 de junio de 2010
El mundo a todas horas - Madrugando
Aquí vuelvo con una nueva serie que nace hoy con la intención de ser publicada mes a mes.
¿Sabíais que el mundo existe a las siete y media de la mañana? Es más, es falso eso de que no están puestas las calles, ¡por qué hay hasta personas en ellas! Sí, sabía que los Sábados y Domingos eran días “completos”, con todas sus horas, ¿pero entre semana también?
El día que descubrí las siete y media me entró curiosidad. Decidí experimentar y puse el despertador a las seis, ¡y sonó!. Y no es que el mundo vaya por partes, si enciendes la televisión, ¡hay programas que son en directo! ¿Qué ha sido de la carta de ajuste? Chuck Norris la destruyó.
Estupefacto como estaba, me preguntaba si quizá habría atravesado alguna barrera espacio-tiempo para acabar en otro lugar. Comprobé que todo seguía en su su sitio. Viendo que sí, algo no me cuadraba.
¿Sabíais que el mundo existe a las siete y media de la mañana? Es más, es falso eso de que no están puestas las calles, ¡por qué hay hasta personas en ellas! Sí, sabía que los Sábados y Domingos eran días “completos”, con todas sus horas, ¿pero entre semana también?
El día que descubrí las siete y media me entró curiosidad. Decidí experimentar y puse el despertador a las seis, ¡y sonó!. Y no es que el mundo vaya por partes, si enciendes la televisión, ¡hay programas que son en directo! ¿Qué ha sido de la carta de ajuste? Chuck Norris la destruyó.
Estupefacto como estaba, me preguntaba si quizá habría atravesado alguna barrera espacio-tiempo para acabar en otro lugar. Comprobé que todo seguía en su su sitio. Viendo que sí, algo no me cuadraba.
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