Cuando nos despedimos, la realidad nos dio una hostia en la cara. Unos fingirían recuperarse días después. Otros nos dimos cuenta de que ya nunca más querríamos volver a ello. Y así nos mantenemos, apartados. Sólo recreamos lo que fueron esos días pero más alejados, como un grupo aparte, nada que no hubiera pasado ya.
Pero unos lo toleraron mejor que nosotros. Da miedo tomar decisiones que te apartan de los demás, aunque sepas que tengas razón. Pero miraos, hacéis lo mismo de siempre para llamar la atención, ¿es de verdad lo que queríais? No hablasteis para que las cosas fueran diferentes? Distéis la vuelta a todo, pillasteis por sorpresa, un gran efecto, ¡pero dejasteis que todo volviera a la normalidad!
Y mientras, el resto, ¿qué fue de ellos? En realidad no nos importa, sólo era cortesía.
martes, 31 de marzo de 2009
Hastiado de ver que tantas veces pasa lo mismo. Esperando de nuevo al otro lado. Con ganas de que nada de esto haya ocurrido, aunque sea demasiado tarde.
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Fugacidades
viernes, 27 de marzo de 2009
Cápsulas bajo tierra - El espíritu de supervivencia
Una vez te encuentras dentro de un vagón, tu espíritu de supervivencia se activa. Sabes dónde te has metido y sabes que tienes que llegar vivo a tu destino... Cueste lo que cueste. Y si eso implica soltar un codazo a ese tío que a buenas con la naturaleza ha tenido no ducharse esa mañana, tú se lo sueltas. Nadie va a impedir que cojamos nuestra pequeña parcela con aire para respirar.
Los sitios libres son artículos codiciados. El sitio te mira, tú le miras a él, y aunque hayas estado trabajando ocho horas sentado, sabes que le vas a ser fiel. Pero... El asiento te será fiel a ti? Qué ocurre cuándo dos o más personas también compiten por su amor? No nos peleamos abiertamente, sólo fijamos el objetivo e intentamos llegar antes que el contrario. Pero no queremos cualquier sitio, si puede ser el de una esquina mejor. Casos se han dado de personas que para sentarse en una esquina han ido de punta a punta teniendo asientos libres por todos los demás bancos. Si ya el sitio, además de en una esquina, tiene el sitio de al lado también libre, nos decantaremos por él.
El Metro aflora nuestros sentimientos más extrovertidos.
Los sitios libres son artículos codiciados. El sitio te mira, tú le miras a él, y aunque hayas estado trabajando ocho horas sentado, sabes que le vas a ser fiel. Pero... El asiento te será fiel a ti? Qué ocurre cuándo dos o más personas también compiten por su amor? No nos peleamos abiertamente, sólo fijamos el objetivo e intentamos llegar antes que el contrario. Pero no queremos cualquier sitio, si puede ser el de una esquina mejor. Casos se han dado de personas que para sentarse en una esquina han ido de punta a punta teniendo asientos libres por todos los demás bancos. Si ya el sitio, además de en una esquina, tiene el sitio de al lado también libre, nos decantaremos por él.
El Metro aflora nuestros sentimientos más extrovertidos.
miércoles, 25 de marzo de 2009
Cápsulas bajo tierra - Introducción
Lo he dicho en muchas ocasiones, y es que a mi me gusta mucho mi Madrid. Soy como un protagonista de un anuncio de compresas "sun sun sun... a qué huele el tráfico? ... Me gusta ser madrileño" Y es que es cierto, Madrid, para mi, es genial. Tiene de todo, lo que quieras, cuándo quieras y cómo quieras. Sin embargo, no todo puede ser perfecto en la Ilustre Villa de Madrid. Cuando hay algo tan tan bueno, para equilibrar las energías cósmicas, se tiene que crear algo para compensarlo. Señoras y señores, así nació el Metro de Madrid.
Habría que comenzar hablando de sus usuarios. Cuando uno no es madrileño, incluso siéndolo, cuesta acostumbrarse a su ambiente. Hay que entender el contenido de un vagón como una reunión de la O.N.U.. Madrid es una ciudad muy cosmopolita y eso lo demuestran sus gentes, haciendo que cuando uno entre en el tren piense en un anuncio de Benetton.
No es que a mi nada de esto me importe, ya que además, cuando entramos en un vagón, todos somos iguales.
Habría que comenzar hablando de sus usuarios. Cuando uno no es madrileño, incluso siéndolo, cuesta acostumbrarse a su ambiente. Hay que entender el contenido de un vagón como una reunión de la O.N.U.. Madrid es una ciudad muy cosmopolita y eso lo demuestran sus gentes, haciendo que cuando uno entre en el tren piense en un anuncio de Benetton.
No es que a mi nada de esto me importe, ya que además, cuando entramos en un vagón, todos somos iguales.
martes, 24 de marzo de 2009
Soportando de nuevo el calificativo de negativo hacia mi persona voy vislumbrando la forma de ver las cosas del resto. Encerrados dentro de un micromundo nunca hace ni frío ni calor, donde todo sucede más o menos como está pensado, y si no, meses después se harán creer que sí.
No es mi culpa no querer sonreír por cada estupidez que ocurre. No quiero poner buena cara ante algo que no me gusta. Ni saludar a aquellos que prefieren que no esté allí. Y no por ello soy malo. Voy pasando por el mundo intentando esquivar la hipocresía que nos inunda.
Creed, si eso os hace felices, que estáis inmunizados, y que vuestro plan de vida es perfecto, que la caída vendrá para todos. La mayoría no os desea ningún bien. Confiad en los demás como vosotros creéis que confían en vosotros y el resto vendrá solo. Porque en este mundo sobran tantos hijos de puta como faltan buenas intenciones.
Y no, no soy negativo, sólo realista.
No es mi culpa no querer sonreír por cada estupidez que ocurre. No quiero poner buena cara ante algo que no me gusta. Ni saludar a aquellos que prefieren que no esté allí. Y no por ello soy malo. Voy pasando por el mundo intentando esquivar la hipocresía que nos inunda.
Creed, si eso os hace felices, que estáis inmunizados, y que vuestro plan de vida es perfecto, que la caída vendrá para todos. La mayoría no os desea ningún bien. Confiad en los demás como vosotros creéis que confían en vosotros y el resto vendrá solo. Porque en este mundo sobran tantos hijos de puta como faltan buenas intenciones.
Y no, no soy negativo, sólo realista.
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