Cuando nos despedimos, la realidad nos dio una hostia en la cara. Unos fingirían recuperarse días después. Otros nos dimos cuenta de que ya nunca más querríamos volver a ello. Y así nos mantenemos, apartados. Sólo recreamos lo que fueron esos días pero más alejados, como un grupo aparte, nada que no hubiera pasado ya.
Pero unos lo toleraron mejor que nosotros. Da miedo tomar decisiones que te apartan de los demás, aunque sepas que tengas razón. Pero miraos, hacéis lo mismo de siempre para llamar la atención, ¿es de verdad lo que queríais? No hablasteis para que las cosas fueran diferentes? Distéis la vuelta a todo, pillasteis por sorpresa, un gran efecto, ¡pero dejasteis que todo volviera a la normalidad!
Y mientras, el resto, ¿qué fue de ellos? En realidad no nos importa, sólo era cortesía.
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