Por fin comienzo con unos de los proyectos que más tiempo llevo gestando. Es tan amplio que he decidido dividirlo en partes, todas agrupadas en "Tragicomedia sobre la realidad laboral". Cada parte tendrá un número limitado de publicaciones, entre tres o cuatro, aunque esto aún es pronto para decirlo porque no paro de escribir cosas nuevas para ella. Lo primero "Historias", pequeños cuentos enfocados al mundo del trabajo.
"Todo comenzó con un burofax"
Comienza un día con un burofax cuando vas a salir de casa que te informa de tu despido. Lo primero ira, ni se molestan en decírtelo a la cara. Necesitas el dinero, pero decides no darle mucha importancia, entre el último sueldo, el finiquito y el paro, podrás tirar unos meses.
Mañana irás al INEM. Calculas que si la oficina cierra a las dos, las 12:30 es una buena hora para estar allí. Llegas diez minutos antes y te pones en la cola. Cuando dan las dos, te dicen que ya no te atienden, les da igual cuando lleves esperando. Qué vuelvas mañana.
Te presentas media hora antes de que abran y desde ese momento sólo tardas una hora en ser atendido. No te queda tanto como esperabas. Habrá que apretarse el cinturón.
Buscas trabajo hasta debajo de las piedras. Echas currículos en todas partes. Haces entrevistas estúpidas con dibujos, listas de adjetivos... Te preguntas porque necesitas carnet para ciertos curros y por qué nadie va de cara.
Los meses pasan y no sale nada. Miras apesadumbrado tu diploma que acredita que eres licenciado en no qué. Y sin mediar con nadie, vas a la cocina para coger un cuchillo de carne y hacérselo pagar a los culpables.
Con tu cuchillo te montas en el bus pagando el sencillo ya que no te llega para el abono. Y cuando por fin llegas a una de las puertas de la Moncloa y sacas el cuchillo, duras tres segundos, igual que el número de balas que atraviesan tu cuerpo. Aún se escriben romances en tu honor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario