Me entró un sentimiento egocéntrico al pensar que yo controlaba el mundo, pudiendo ser que se apagara mientras dormía. Para ver si esto era cierto, sólo podía hacer una cosa, pasar todo el día en vela. Y sí amigos, un día tiene veinticuatro horas. ¿Pero sería ese día solamente?
Durante mi experimento, una sensación que yo no asociaba con ese momento se apoderó de mí. A un bostezo le seguía otro. No podía parar. No lo entendía. Algo que asociaba a los primeros minutos del día y al final del mismo, se hacía casi permanente. Me pasaba los días dando tumbos. No sabía distinguir lo real de lo imaginario desde el segundo día.
Sabía que si caía dormido, mis investigaciones fracasarían. Podría probar a dormir y hacerlo poco a poco, pero eso no me valía. ¿Cómo completar mis investigaciones sin hacer de bello durmiente?
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