viernes, 9 de julio de 2010

¡A por ella!

España ha llegado a la final del mundial, ¿y qué? ¿Qué clase de tristes vidas tenemos, que ver como unos tíos ganan unos partidos, consigue sacarnos lágrimas de alegría?

La mezcla entre España y el fútbol es explosiva. Independientemente de que considero el fútbol aburrido frente a otros deportes como el baloncesto, la identificación de todos con unos que visten de rojo, no deja de sorprenderme.

Gente republicana de toda la vida, ondeando banderas con el plus ultra. Antisistema y facistas unidos por dos colores. Compra en masa de banderas, bufandas, camisetas y demás material en tiempos de crisis. Que cada uno se lo gaste en lo que le dé la gana, sólo que no sé de dónde lo sacan.

Asusta el comportamiento de algunas personas. Parece que el hecho de verlos ganas da rienda suelta a toda la agresividad contenida. Vandalismo de todas clases empuñando una bandera. Yo ya he decidido que el domingo y el lunes no salgo de casa.

Y así seguimos, viendo como objetivamente, que España gane a Holanda, es algo positivo para el país. No conozco los cómos ni los porqués, pero la economía mejoraría. Todo el trabajo de millones de personas para que ellos si consigan la situación en un mes, un poco más si contamos el tiempo del periodo de clasificación. Es frustrante. Luego están las primas que reciben los jugadores, pero hay que recordar que la selección española es una empresa privada, y por muy desmesuradas que nos parezcan (hasta 600000 euros por cabeza si ganan el mundial), son perfectamente legales, otra cosa es que sean éticas.

Que ganen o pierdan a mi me da igual, nada cambiará mi vida, hagan lo que hagan. Pero si algo saco en conclusión de todo lo que veo, es que esta gente no me representa.

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