domingo, 28 de junio de 2009

Cerramos los ojos un instante y muchos más pasaron.

Es algo que pasa y a lo que uno se tendrá que acostumbrar, a no estarse quieto. Da igual que lo intente, que nunca me mantendré en el mismo lugar. Y eso pasará factura, porque no todos se moverán conmigo.

Giras la cabeza un segundo, pestañeas, una luz te ciega, y cuando vuelves a enfocar donde estabas mirando ya no es igual. Así que a partir de ahora miraré hacia arriba, porque aún creo que el cielo no cambiará, ni me abandonará ni lo abandonaré.

Diferentes formas de decir lo mismo, todo para consolar las pérdidas y que no hagan más daño del necesario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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Y no sé qué es peor. Pensar que todos se mueven y se van, o que te vas y dejas todo.

Paufla

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