Un personaje mágico de la infancia era aquel chico que todos pensábamos que era gay y que siempre iba rodeado de todas las niñas. A medida que íbamos creciendo, descubríamos que en realidad tenía más cara que espalda.
Pensé que tras la adolescencia, esas chicas madurarían y dejarían de ser objeto de los constantes sobeteos recibidos, pero no, el tiempo avanza y la situación continúa.
Te interesas por el tema (hay que matar el aburrimiento) y oyes comentarios que van de pesado para arriba respecto a los tíos así. Si indagas más, ves que algunas de ellas no sólo siguen siendo sobadas, si no que muchas de estas lo buscan.
Vuelves a retomar la hipótesis inicial de que el tío sea gay y por eso se lo permiten, pero la descartas de manera definitiva. Hecho esto, queda una coctelera llena de tíos babosos y aprovechados, mezclados con chicas con el autoestima por los suelos.
A mí esto me suena a una forma camuflada de acoso, y aunque como tío que soy, no me afecta directamente por razones obvias, verlo me produce asco. Tener que relacionarme de manera forzada con gente así día a día no me hace la más mínima gracia y que nadie diga nada me da mucha rabia. Sé que si esas chicas no lo permitieran esto no pasaría, pero no creo que sea válido en absoluto para justificarlo. He visto personas así en todos los ambientes donde me he movido (menos con mis amigos, que por algo lo son) y no me gusta pensar en lo que no se ve de esto o en lo que podría evolucionar.
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