Probablemente la parte más seria dentro de la incoherencia de esta serie, eso sí, estoy muy contento con el resultado.
A los tres días de locuras insomnes perdí la percepción del tiempo. Me intentaba apoyar en las horas de sol y en las de noche, pero ya no estaba seguro de nada. Salí a la calle a preguntar la hora, y al que no se asustaba mucho de mis ojos abiertos como platos, el día en el que estábamos también. Cuando por fin hubo uno que no se reía de mí, resultó que sólo estaba a Jueves, un día después de mi “despiste”.
Quedaba la mitad de mi experimento, fin de semana incluido. Y lo largos que son los días cuando los pasas despierto. ¿Por qué nos quejamos de que necesitamos más horas por día? ¡Probad a no dormir! No sé si me aburría o es que el tiempo pasa muy lento. Me encontraba bastante irritable.
La casa limpia, comidas preparadas para semanas, garrafas de café y anotaciones de los días con fotos para demostrar que esto era real. Reflexionando a altas horas de la noche delante de un reloj, vi que esto perdía el sentido si es que en algún momento lo tuvo.
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