Una de las cosas que pensé para molar más y dar visitas al blog, era decir que trabajo para un banco (ahí, engrasando el sistema), y como en parte es verdad, no llegaría a mentir.
El caso, es que ese banco es bastante importante dentro de los importantes. Es lo que viene siendo una empresa de la hostia. No voy a quejarme de mi condición de estar doblemente subcontratado. Es obvio que uno no construye algo así tratando bien a los empleados, ni pagándoles acorde a su trabajo. Lo que me llama la atención, es que algo que debe es gastarse en marketing al mes lo que yo ganaré en una vida, sea tan sumamente cutre.
Aprovechando la crisis, está tirando de resultados para pavonearse de los beneficios que obtiene. Vale, lógico. Con el miedo que aún hay a perder los ahorros, está muy bien. De ahí a intentar generar boca a boca para nuevos clientes con un rasga y gana, hay un abismo. Me recuerda a cuando cierta caja me ofreció por un ingreso de 1500 euros una puta plancha.
Bancos y cajas del mundo, no me gustáis, pero por desgracia no puedo pasar sin vosotros. ¿Cuesta tanto que os riáis un poco menos de nosotros?
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