Pensaba publicar hoy algo sobre las elecciones, pero en realidad no tengo mucho que decir, sólo espero que en unas horas no me tenga que encontrar con una mayoría absoluta de nadie.
Hubo un tiempo en mi vida en que fui un ser despreciable. Uno de esos que provocaba reuniones de personas que se dedican a poner verdes a otros del odio que genera. En aquellos días, mi maldad hizo a los enemigos amigos unidos por una causa común, la aversión hacia mí.
Pero ocurrió, que poderes superiores a los míos, me despojaron de todo atisbo de maldad, volviéndome un ser afable como lo fui antaño. Era evidente que el cambio no iba a ser aceptado de repente, pero probé mi bondad recuperada y muchos de los que antes conspiraban contra mí, vieron que si era de fiar. Muchos, pero no todos.
La alianza de mis enemigos decidió llevar a cabo su plan maestro, envasarme al vacío. Tal idea fue difundida entre todos aquellos con los que mantenían contacto, un grupo muy amplio. Despistados ellos, transmitieron su plan a algunos de los que volvieron a creer en mí, lo que provocó mi contraofensiva.
Aún me hallo trazando lo que será una terrible venganza, y es que nadie debería tratar de hacerme el vació sin considerar las futuras consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario