Hace exactamente un año perdí a mi abuela materna. Nunca he sido una persona muy apegada a la familia, más por las circunstancias que por propia voluntad, pero ella era una de las pocas que se salvaban. Era algo que tenía que pasar, estaba claro, tenía noventa y siete años, pero no hay día desde el diecisiete de Noviembre del año pasado, que no me haya acordado de ella.
Por mucho que intente alargar esto, no tengo palabras para describir lo mucho que quería a mi abuela y lo muy unido que me sentía. Me queda la sensación de que se merecía algo mejor, pero ella sabe, esté donde esté, que siempre me acordaré de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario