Hace poco encontré un trabajo en el centro y me he tenido que empezar a mover en tren todos los días, cosa que no me hace ninguna ilusión. ¡Y con este trasto a la espalda! Si es que menuda hora además para empezar. Siempre había estado de tarde y ahora, a las ocho a entrar, joder... ¡No me da tiempo a nada!
Encima el vagón está hasta el culo de gente. Todos pegados, como sardinas en lata. Porque necesito el dinero, si no de qué me iba a meter yo aquí.
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