Había escuchado a otras personas, que cuando lo dejan con su pareja, necesitan un cambio, como cortarse el pelo, cambiar de coche... Yo me compré un ordenador. Lo necesitaba calculé el dinero que me iba a ahorrar a partir de ahora y vi que era un buen momento.
Solamente el configurarlo me hizo pensar en otra cosa durante toda una tarde, pero no fue suficiente. Sin esto, la tarde hubiese sido como otra cualquiera, el peor momento del día eran las noches. Todos los días después de cenar, nos llamábamos y hablábamos cerca de una hora. Por un lado estaba ansioso porque me llamara y arreglarlo todo, pero por otro esperaba que no lo hiciera y yo me controlaba para no marcar su número.
Volver con ella sería mi destrucción y no podía hacerlo. Tenía delante de mí un nuevo mundo que se me presentaba y estropearlo no debía ser una opción.
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